viernes, 30 de mayo de 2025

Cáncer y envejecimiento: claves genéticas reveladas por los códigos de barras de ADN



El envejecimiento de la sangre y su relación directa con el desarrollo del cáncer ha sido objeto de creciente interés científico. Un reciente estudio, divulgado por el Instituto Wellcome Sanger y el Instituto de Investigación del Cáncer del Reino Unido, marca un avance clave: mediante el uso de "códigos de barras de ADN", los investigadores han podido rastrear cómo envejecen las células madre hematopoyéticas (HSC, por sus siglas en inglés) y cómo este proceso puede predisponer al cáncer, particularmente al cáncer hematológico.

Claves del hallazgo: clonación celular y envejecimiento

El estudio empleó un enfoque innovador: insertar minúsculas marcas genéticas —códigos de barras— en células madre sanguíneas de ratones. Esto permitió hacer un seguimiento preciso de su evolución a lo largo del tiempo. ¿El descubrimiento principal? A medida que los organismos envejecen, un número limitado de clones celulares comienza a dominar la producción de sangre. Este fenómeno, llamado "hematopoyesis clonal", incrementa significativamente el riesgo de mutaciones malignas que derivan en cáncer.

A nivel genético, este patrón de clonación se asemeja a lo que ocurre en humanos con clonal hematopoiesis of indeterminate potential (CHIP), una condición precancerosa asociada con mutaciones somáticas que aumentan el riesgo de leucemias, linfomas y enfermedades cardiovasculares.

Estudio 1: CHASM y el envejecimiento hematopoyético

Un estudio publicado en Nature en 2020 por McKerrell et al. analizó más de 6000 genomas de personas adultas y concluyó que mutaciones somáticas específicas, como las del gen DNMT3A, TET2 y ASXL1, están presentes en una proporción creciente con la edad, y predisponen a malignidades hematológicas. Esta investigación demostró que la hematopoyesis clonal no solo es común en adultos mayores, sino que representa un terreno fértil para el desarrollo de cánceres como la leucemia mieloide aguda (LMA).

Este hallazgo conecta directamente con el estudio del Wellcome Sanger Institute: el envejecimiento no es un proceso aleatorio, sino uno guiado por mutaciones que otorgan ventajas proliferativas a ciertos clones celulares, desplazando a otros y reduciendo la diversidad genética sanguínea.


Estudio 2: Proyecto Pan-Cáncer y mutaciones compartidas

Por otro lado, el Pan-Cancer Analysis of Whole Genomes Consortium (PCAWG), un análisis global de más de 2600 genomas completos de diferentes tipos de cáncer, reveló que las mutaciones que surgen décadas antes del diagnóstico del cáncer son compartidas entre diferentes tumores. Esta evidencia sustenta que procesos como la hematopoyesis clonal no solo son precursores del cáncer hematológico, sino que también reflejan mecanismos comunes en la evolución tumoral de otros tipos de cáncer.

Esto refuerza la noción de que la acumulación de mutaciones somáticas con la edad no es solo una consecuencia del envejecimiento, sino una causa directa del desarrollo del cáncer.

Implicaciones clínicas y terapéuticas

Los resultados del estudio británico podrían tener múltiples aplicaciones prácticas. Por ejemplo:

  • Detección precoz: Identificar la presencia de clones dominantes en sangre mediante secuenciación puede servir como biomarcador de riesgo.
  • Terapias preventivas: Eliminar o inhibir clones preleucémicos antes de que se vuelvan malignos.
  • Envejecimiento saludable: Intervenir sobre los mecanismos epigenéticos que aceleran la clonación celular desequilibrada.

Además, el uso de modelos animales con códigos de barras genéticos abre la puerta a ensayos de envejecimiento acelerado o revertido, útiles para el desarrollo de fármacos antienvejecimiento o antitumorales.

La sangre como espejo del envejecimiento global

La sangre no solo transporta oxígeno, sino que es un fiel reflejo del estado molecular del cuerpo. Los códigos de barras de ADN han revelado que el envejecimiento no es homogéneo ni irreversible: está marcado por decisiones clonales, por presiones evolutivas internas, y por la pérdida progresiva de diversidad funcional.

Estos descubrimientos cambian la narrativa: no envejecemos por azar, sino por la selección natural de clones celulares que mutan y prosperan. Algunos de estos clones, lamentablemente, desembocan en cáncer.

Recomendación para la prevención del cáncer

Frente a esta nueva visión, la prevención del cáncer debe comenzar mucho antes de que aparezcan síntomas. Además de hábitos saludables ya conocidos (dieta equilibrada, ejercicio regular, no fumar), ahora se suma una nueva frontera: la vigilancia molecular.

Recomendamos:

Realizar pruebas genéticas periódicas a partir de los 50 años, especialmente secuenciación sanguínea para detectar mutaciones asociadas a la hematopoyesis clonal (DNMT3A, TET2, ASXL1). Estas pruebas, ya disponibles en algunos laboratorios, pueden anticipar el riesgo de cáncer hematológico con años de ventaja.

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