El envejecimiento de la sangre y su relación directa con el desarrollo del cáncer ha sido objeto de creciente interés científico. Un reciente estudio, divulgado por el Instituto Wellcome Sanger y el Instituto de Investigación del Cáncer del Reino Unido, marca un avance clave: mediante el uso de "códigos de barras de ADN", los investigadores han podido rastrear cómo envejecen las células madre hematopoyéticas (HSC, por sus siglas en inglés) y cómo este proceso puede predisponer al cáncer, particularmente al cáncer hematológico.
Claves del hallazgo: clonación celular y envejecimiento
El estudio empleó un enfoque innovador: insertar minúsculas
marcas genéticas —códigos de barras— en células madre sanguíneas de ratones.
Esto permitió hacer un seguimiento preciso de su evolución a lo largo del
tiempo. ¿El descubrimiento principal? A medida que los organismos envejecen, un
número limitado de clones celulares comienza a dominar la producción de sangre.
Este fenómeno, llamado "hematopoyesis clonal", incrementa
significativamente el riesgo de mutaciones malignas que derivan en cáncer.
A nivel genético, este patrón de clonación se asemeja a lo
que ocurre en humanos con clonal hematopoiesis of indeterminate potential
(CHIP), una condición precancerosa asociada con mutaciones somáticas que
aumentan el riesgo de leucemias, linfomas y enfermedades cardiovasculares.
Estudio 1: CHASM y el envejecimiento hematopoyético
Un estudio publicado en Nature en 2020 por McKerrell
et al. analizó más de 6000 genomas de personas adultas y concluyó que
mutaciones somáticas específicas, como las del gen DNMT3A, TET2 y ASXL1, están
presentes en una proporción creciente con la edad, y predisponen a malignidades
hematológicas. Esta investigación demostró que la hematopoyesis clonal no solo
es común en adultos mayores, sino que representa un terreno fértil para el
desarrollo de cánceres como la leucemia mieloide aguda (LMA).
Este hallazgo conecta directamente con el estudio del
Wellcome Sanger Institute: el envejecimiento no es un proceso aleatorio, sino
uno guiado por mutaciones que otorgan ventajas proliferativas a ciertos clones
celulares, desplazando a otros y reduciendo la diversidad genética sanguínea.
Estudio 2: Proyecto Pan-Cáncer y mutaciones compartidas
Por otro lado, el Pan-Cancer Analysis of Whole Genomes
Consortium (PCAWG), un análisis global de más de 2600 genomas completos de
diferentes tipos de cáncer, reveló que las mutaciones que surgen décadas antes
del diagnóstico del cáncer son compartidas entre diferentes tumores. Esta
evidencia sustenta que procesos como la hematopoyesis clonal no solo son
precursores del cáncer hematológico, sino que también reflejan mecanismos
comunes en la evolución tumoral de otros tipos de cáncer.
Esto refuerza la noción de que la acumulación de
mutaciones somáticas con la edad no es solo una consecuencia del
envejecimiento, sino una causa directa del desarrollo del cáncer.
Implicaciones clínicas y terapéuticas
Los resultados del estudio británico podrían tener múltiples
aplicaciones prácticas. Por ejemplo:
- Detección
precoz: Identificar la presencia de clones dominantes en sangre
mediante secuenciación puede servir como biomarcador de riesgo.
- Terapias
preventivas: Eliminar o inhibir clones preleucémicos antes de que se
vuelvan malignos.
- Envejecimiento
saludable: Intervenir sobre los mecanismos epigenéticos que aceleran
la clonación celular desequilibrada.
Además, el uso de modelos animales con códigos de barras
genéticos abre la puerta a ensayos de envejecimiento acelerado o revertido,
útiles para el desarrollo de fármacos antienvejecimiento o antitumorales.
La sangre como espejo del envejecimiento global
La sangre no solo transporta oxígeno, sino que es un fiel
reflejo del estado molecular del cuerpo. Los códigos de barras de ADN han
revelado que el envejecimiento no es homogéneo ni irreversible: está marcado
por decisiones clonales, por presiones evolutivas internas, y por la pérdida
progresiva de diversidad funcional.
Estos descubrimientos cambian la narrativa: no
envejecemos por azar, sino por la selección natural de clones celulares que
mutan y prosperan. Algunos de estos clones, lamentablemente, desembocan en
cáncer.
Recomendación para la prevención del cáncer
Frente a esta nueva visión, la prevención del cáncer debe
comenzar mucho antes de que aparezcan síntomas. Además de hábitos saludables ya
conocidos (dieta equilibrada, ejercicio regular, no fumar), ahora se suma una
nueva frontera: la vigilancia molecular.
Recomendamos:
Realizar pruebas genéticas periódicas a partir de los 50
años, especialmente secuenciación sanguínea para detectar mutaciones
asociadas a la hematopoyesis clonal (DNMT3A, TET2, ASXL1). Estas pruebas, ya
disponibles en algunos laboratorios, pueden anticipar el riesgo de cáncer
hematológico con años de ventaja.